Resumen del artículo publicado en Frontiers in Psychiatry (2022) 13:889557
Panda Unit, a Mother-Baby Unit Nested in a Neonatal Care Service
En este artículo los autores hacen un resumen del desarrollo de la unidad madre-bebé PANDA, implementada en un hospital terciario de la región de Normandía (Francia), de unos 3,4 millones de habitantes.
La unidad PANDA surge como respuesta a una necesidad creciente del cuidado de madres con problemas de salud mental. La unidad consiste en dos camas de hospitalización a tiempo completo dentro de una unidad de pediatría con método canguro.
Esta unidad madre-bebé está incluida dentro del servicio de psiquiatría infantil y se compone de un equipo multidisciplinar a tiempo parcial: dos psiquiatras perinatales, un profesional de la salud mental y una enfermera neonatal.
La atención pediátrica se ofrece a través de la unidad de pediatría y el equipo de enfermería de la unidad Canguro. El seguimiento obstétrico lo realizan las matronas de la unidad de embarazo de riesgo. Se realiza una reunión semanal del equipo PANDA con los equipos de neonatología y obstetricia.
Preferiblemente, las pacientes ingresadas en la unidad madre-bebé son valoradas en el periodo prenatal en una entrevista preingreso. En los casos que así lo requieran, puede realizarse el ingreso a través de valoración urgente.
Los motivos de ingreso en la unidad incluyen enfermedad psiquiátrica de la madre, dificultades en la interacción madre-bebé o los efectos potencialmente negativos de la patología materna en el bebé.
El cuidado PANDA está centrado en la enfermedad materna y las consecuencias en el recién nacido. Se presta atención conjunta a la madre y al bebé, buscando una mejora cualitativa en la relación madre-bebé.
Diariamente se evalúa la diada por parte de psiquiatría (evolución clínica materna, desarrollo del bebé y calidad de la relación).
Para la evaluación de la patología psiquiátrica de la madre se realiza una entrevista psiquiátrica perinatal semiestructurada, además de escalas específicas de perinatal. Se exploran posibles situaciones de abuso o de riesgo de abuso y las habilidades parentales (de Steinhauer).
La evaluación del desarrollo infantil se realiza con la escala de Brazelton.
La evaluación de la relación madre-bebé se base en la observación directa y en la grabación de vídeos para visionado posterior como herramienta terapéutica.
Se utiliza la tabla PANDA (que recoge datos de las dimensiones fisiológicas, conductual/motor y neurovegetativas del bebé).
El seguimiento al alta incluye seguimiento por parte de psiquiatría perinatal y trabajadores de la unidad madre-bebé, además de visitas a domicilio, en coordinación con el psiquiatra infantil de zona.
Dependiendo del caso, se puede realizar derivación de la diada a unidad de psiquiatría infantil (seguimiento para la familia hasta los 3 años). En estas unidades trabajan también trabajadores sociales y educadores sociales que pueden realizar un seguimiento del caso si fuese preciso.
Según la evolución de la patología materna, se realiza derivación a psiquiatría de adultos.
Hasta los 6 años se realizan los controles de salud en servicios locales, que evalúan en el desarrollo.
En Francia existen casas maternales para madres menores de edad, derivándose a este recurso si es preciso.
A los 6 meses de su apertura, en la unidad PANDA ingresaron 23 diadas. En el periodo prenatal se evaluaron a 14/23 y 9/23 durante el ingreso en la maternidad.
La edad media de la madre fue 27 años; 7 menores de 21 años.
El principal diagnóstico en ingresos prenatales fue depresión mayor, seguido por trastorno de personalidad y trastorno bipolar. En los ingresos postnatales los principales diagnósticos fueron trastorno de ansiedad y trastorno por adicción.
La estancia media fue 9 días (+/-5,4 días; rango 3-22), con ingresos más prolongados en las menores de 21 años.
Al alta, 16/23 volvieron a sus casas, 4/23 fueron a casas maternales. En 4 casos se realizó un acogimiento del menor.
Se ha constatado que la unidad da respuesta a situaciones de alta vulnerabilidad con un abordaje multidisciplinar, integral, que ofrece cuidados neonatales, maternales y psiquiátrico. Es importante destacar que el periodo postparto, además de un periodo de alta vulnerabilidad, es también una ventana de oportunidad de intervención.
Una de las ventajas que resaltan los autores es la continuidad de los cuidados antes, durante y después del parto por el mismo equipo de profesionales, cuyo objetivo es la intervención con la madre, el recién nacido y su relación.
Otra de las ventajas que señalan es que al estar la unidad anidada en la unidad de pediatría, puede mantenerse el abordaje psiquiátrico también en los casos en los que el recién nacido requiere cuidados de neonatología más intensivos por su condición clínica.
Por otro lado, la hospitalización conjunta permite detectar de forma precoz situaciones de riesgo de abuso o negligencia, interviniendo con las medidas oportunas para cada caso.
Plantean la dificultad a nivel de recogida de datos y dilemas éticos sobre la necesidad por un lado de recoger información en ambas historias clínicas, y a la vez, el derecho de cada uno a que su información no conste en la historia del otro.
Las perspectivas a futuro de la unidad madre-bebé plantean que pueda mejorar la detección de situaciones de alto riesgo que precisan intervención así como la necesidad de disponer de una red de seguimiento ambulatorio, intensivo, que pueda hacer visitas a domicilio, con coordinación con los diferentes dispositivos, para ofrecer continuidad de la intervención post-alta.
Plantean una serie de desafíos relacionados con la región (zonas urbanas y zonas rurales, mayor porcentaje de madres menores de 20 años) que afrontan con la creación de una unidad de día y un dispositivo ambulatorio para progenitores jóvenes.